La relación entre los humanos y los osos polares no es algo que se dé a gran magnitud debido a que parte del territorio ocupado por el Ursus maritimus tiene relativamente poca presencia de vida humana, sin embargo, ambas especies han sido protagonistas de ciertas situaciones que los vinculan.
Ataques
Los ataques hacia personas no son algo frecuente. Muchas veces los investigadores se exponen a ser agredidos por osos polares que reaccionan instintivamente al sentirse amenazados.
No solo los enormes machos adultos representan un peligro, sino también los jóvenes inexpertos y las madres que tienen la tarea de cuidar a sus crías. Los que no poseen experiencia cazando buscarán presas fáciles y rápidas, y las madres cazarán cualquier cosa que la nutra a ella y a sus descendientes, es por ello que cualquier oso polar es sinónimo de alerta.
A consecuencia del cambio climático, se espera que los osos polares avancen a regiones pobladas de seres humanos.
Expertos aseguran que a consecuencia del cambio climático y el derretimiento del hielo ártico, los osos polares avanzarán a regiones pobladas de seres humanos, lo que incrementará el número de ataques en un futuro.
Esto puede llevar a su pronta extinción de no tener un plan de control y una cultura de preservación entre los habitantes.
Hasta hoy se han presentado solo algunos decesos de personas que tuvieron la mala fortuna de encontrarse frente a frente con osos blancos hambrientos o molestos. Por poner algunos ejemplos, en el año 1968 un oso adulto mató a un adolescente que junto con otros compañeros lanzaba piedras para lastimarlo.
Quince años más tarde, un hombre llevaba carne escondida en su ropa, lo que llamó la atención de un oso polar e instintivamente acabó con la vida de esa persona. Lo lamentable es que ambos inocentes atacantes fueron sacrificados.
En el año 1968 un oso adulto mató a un adolescente que junto con otros compañeros lanzaba piedras para lastimarlo.
Desechos humanos
La basura originada por el hombre atrae a muchos animales, entre ellos los osos polares. Su curiosidad los lleva a romper contenedores y extraer todo lo que encuentren.
Más que gracioso es un peligro, pues en esos desechos se encuentran bolsas plásticas, materiales corrosivos y otras sustancias muy dañinas para su salud.
Ecoturismo
Las visitas guiadas para conocer a los osos polares y otras formas de vida ártica y subártica han tenido mucha popularidad en los últimos años.
Estas expediciones que se realizan cuidadosamente para no alterar a la fauna local ni dañar los recursos naturales, tienen como fin crear conciencia en los visitantes para que adopten una cultura de preservación y puedan encontrar la armonía que se necesita para que humanos y otros seres vivos interaccionen a favor de su bienestar.
Zoológicos
Los zoológicos son lugares odiados por muchos y queridos por otros. A pesar de que en los principales parques se ha hecho el esfuerzo por imitar su hábitat natural con la incorporación de cascadas, cuevas, sistemas de enfriamiento, entre otros elementos, los grupos conservacionistas afirman que un animal debe residir en su hábitat natural, a excepción de los que sufren algún tipo de enfermedad o deficiencia que les impida sobrevivir en su ambiente original.
El personal de los zoológicos ofrece información para que los visitantes conozcan sus características, tipo de alimentación, así como los peligros que enfrentan en la vida salvaje, sin embargo, muchos se oponen a este tipo de educación, argumentando que es incoherente hablar de protección o amor animal cuando se les mantiene privados de su libertad.
Uno de los lugares más polémicos a nivel mundial es el zoológico de Mendoza ubicado en Argentina.
Uno de los lugares más polémicos a nivel mundial es el zoológico de Mendoza ubicado en Argentina. Un oso polar llamado Arturo fue considerado “El animal más triste del mundo” por el diario británico The mirror, ya que se asegura que vive en condiciones deplorables y el calor de la región lo mantiene en un estado completamente anormal.
Los cuidadores argumentan que su comportamiento tiene relación con la muerte de su compañero que estuvo junto a él hasta el 2012. Otros señalan que es un ejemplar “anciano” (tiene 29 años de edad y la esperanza de vida es de alrededor de 25 en estado salvaje) y que la coloración del pelaje y su aspecto demacrado son parte de la vejez, algo que cabe dentro de lo normal. Usted puede encontrar información en línea y juzgar por sí mismo.
Los osos polares son seres fascinantes para niños y adultos. A través de los años se han buscando formas de incrementar el número de población de estas especies y actuar a favor de su conservación para que dejen de sufrir las consecuencias de la equivocada acción humana; sin embargo, todavía se está en esa lucha.
Encontrar la armonía no es tarea fácil, pero si nos informamos y conocemos bien la problemática, nuestra actitud cambiará a favor de ellos y de nosotros mismos.