Hay muchas especies animales que viven en el Ártico. Para sobrevivir al frío, todas tienen que desarrollar adaptaciones especiales.
Los osos polares, en particular, tienen dos capas de pelo y pueden pasar mucho tiempo sin comer. Pero una de sus adaptaciones más notables son sus pies.
Veamos la anatomía de los pies del oso polar y cómo sus características le ayudan a soportar el frío.
Anatomía De Los Pies Del Oso Polar
Los osos polares pasan toda su vida de pie, por lo que necesitan una base robusta. Las patas de los osos polares tienen una estructura similar a la de las manos y los pies de los humanos, pero con algunos matices.
En las manos humanas, dos huesos se fusionan para formar el hueso carpiano. Es la parte principal del apéndice.
En los osos polares, es un hueso grande en la pata delantera. El pisiforme, la parte que conecta el carpo con la extremidad, también es mucho más grande en los osos polares.
Otra gran diferencia radica en los metacarpianos. Esta es la parte que divide y da a los humanos sus dedos. En los osos polares, los metacarpianos no están separados y no tienen el mismo rango de movimiento.
Los metacarpianos se unen a las falanges. Estos son los huesos de los dedos. Los osos polares tienen falanges que aumentan de tamaño de medial a lateral.
En la punta de cada falange hay una garra gruesa y fuerte. No pueden retraerlas, pero los osos polares pueden utilizar sus garras para causar graves daños.

Adaptaciones De Los Pies De Los Osos Polares
Los osos polares tienen que sobrevivir en uno de los entornos más duros de la Tierra. No sólo sobreviven, sino que prosperan.
Para desplazarse por la nieve pesada, los osos polares tienen las patas delanteras ligeramente palmeadas. Esto aumenta la superficie de la pata y permite al oso polar caminar sobre la nieve fresca. También resulta útil cuando el oso polar intenta nadar.
Las patas traseras son un poco diferentes. Son alargadas, lo que da a los osos polares sus largas zancadas.
Debido al frío, los osos polares tienen pelaje en todo el cuerpo, aparte de la nariz y las almohadillas de los pies. Las almohadillas de los osos polares son más anchas que las de la mayoría de los osos para ayudar a distribuir su peso. También son gruesas y negras para ayudar a los osos polares a absorber el calor de la luz solar.
Las almohadillas de los pies también tienen papilas blandas. Son pequeñas estructuras como las diminutas protuberancias de la superficie de la lengua. Esto le da al oso polar una fricción extra para facilitarle el caminar sobre el hielo.
En la punta de cada dedo, los osos polares tienen garras afiladas. En comparación con otros osos, los polares tienen garras más cortas, pero igual de afiladas. Pueden utilizarlas para escalar montañas o atacar a sus presas.
Conclusión
Muy pocos animales tienen tantas adaptaciones como los osos polares. Al fin y al cabo, tienen que desenvolverse en un entorno increíblemente duro, desde altas montañas rocosas hasta nieves profundas.
Los osos polares tienen unos pies increíblemente especializados. La estructura básica de los pies de los osos polares es similar a la de los pies humanos. Pero los osos polares tienen los pies mucho más anchos y menos articulaciones en el metacarpo.